Ser caballero es colocar a la mujer sobre un pedestal y ver siempre lo mejor que haya en ella. Es sentir simpatía por los débiles, los ancianos y los inválidos y proteger a los pequeños.
La felicidad se apoya en los pilares fundamentales: tomar la vida como un juego y prodigar amor a los demás.
Aquellos que son capaces de poner un rayo de sol en las vidas de otros no pueden dejar de ser felices. Si lográis hacer felices a los demás, seréis felices también vosotros.
Nunca te sientes a llorar. Continúa remando tu propia canoa.
El jefe necesita de la lealtad de su gente, pero él debe demostrar a los suyos su lealtad.
Dar responsabilidades es la llave del éxito con los muchachos, sobre todo con los más turbulentos y los más difíciles.
Hay que enseñar al niño endeble de la ciudad que por encima del techo del cine brillan las estrellas.
Subid a la montaña, pero cuando lleguéis a una cima gloriosa que domina una gran panorámica, sentaos solos aparte y meditad, meditad siempre.
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